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lunes, 20 de octubre de 2014

Relato finalizado para el proyecto NeminisTerra

 EN BLANCO   
  
         Desperté ante la suavidad de su fragancia y su calidez. Abrí los ojos poco a poco, los parpados me pesaban una barbaridad y se oponían a mi.          Ganado ese asalto me incorpore despacio como buenamente pude, dios, la cabeza me dolía a horrores. Me apreté la sien con la mano y note el vendaje que me envolvía -Debo haberme golpeado muy fuerte- fue lo primero que pensé, pero no conseguía recordarlo, ni tampoco como había aparecido en aquel lugar, no tenia mucho aunque era suficiente y acogedor; Una lámpara de aceite apagada en el rincón en el suelo un agujero donde había encendido un pequeño fuego que chisporroteaba de manera incesante, una pequeña mesa de madera astillada, algún que otro estante con pobre cubertería y un viejo tapiz y una vieja alfombra que rompían la monotonía de aquel lugar.  
  
En aquel momento la cabeza me zarandeo de dolor.  
  
-¡Dios va a explotarme la puta cabeza!-Mi grito frustrado era lo único que tenia frente a aquel dolor  
  
       Me fije en una pequeña pulsera de hilos azules trenzados que colgaba de mi muñeca, y entonces un aluvión de imágenes fugaces comenzaron a invadirme y empecé a recordar que es lo que me había sucedido.  
  
            Éramos una caravana de comerciantes de libros de historia y objetos de alquimia, vendedores de cultura y ciencia que vivían como podían, nosotros íbamos de camino a la ciudad por la ruta de campo, éramos gente sin maldad y yo iba situada en el interior del carro de mis padres leyendo ensimismada en mi mundo un viejo libro de cuero con nervios negros  y en cuya cubierta podía leerse en toscas letras doradas "Criaturas del día y la noche" llevaba tiempo queriendo añadirlo a mi colección de libros aprendidos cuando un frenazo que casi me tira de mi sitio hizo que se me cayera el libro de las manos, a su caída se unieron varios objetos debidamente ordenados de la caravana, y algunos acertaron en mi. Enfurecida me asome por la cortina para saber que ocurría cuando los vi venir a galope gritando a viva voz entrechocando sus armas.   
Eran asaltantes y su objetivo éramos nosotros.. 

-Vaya te has despertado -Su voz me saco de mi trance y levante la mirada en silencio. 

Era una chica preciosa, mas baja que yo pero tenia un largo pelo que parecía bañado en fuego, totalmente escarlata y unos ojos marrones que penetraban en mi mente de manera única, se acerco despacio a la lumbre y la pude ver con mas claridad, era hermosa como una fría mañana de invierno que aun no ha florecido. Llevaba vendas y un cazo con agua y un paño.  

-¿Cómo tienes la cabeza?-Me pregunto mientras dejaba las cosas en la mesa 

-Yo.. esto.. me duele. 

-Espera que abra la ventana para que entre mas luz 

Abrió una ventana que estaba justo encima de mi cama y la luz de la mañana baño todo el lugar, me sentí genial con un poco de luz natural, aunque para mis ojos claros fue una autentica tortura la luz directa, la desconocida, cogió el cazo y lo puso a los pies de la cama, yo era incapaz de decir nada solo observaba, me quito el vendaje y otra punzada de dolor volvió a sacudirme -Joder como duele- Cogió el paño lo mojo en agua y comenzó a limpiarme una brecha que tenia en un lateral de la cabeza, no pude evitar la mueca de dolor -Perdona- Sus disculpas me dejaron incrédula pero ella continuo y me puso otra venda limpia, se quedo en frente mía mirándome en silencio, sus ojos eran como un laberinto infinito donde la profundidad no tenia limite. 

-¿Quién eres?-Me atreví a preguntar por fin 

-Me llamo Sia y.. ¿Tu eres..? 

-Soy Lena, ¿Tu me trajiste aquí?-Ella asintió sin moverse de su sitio 

-¿Recuerdas lo ocurrido? Llevas dormida todo el día 

            Claro que lo recordaba... Cuando vi a los asaltantes venir hacia nosotros mi padre freno las caravanas y me grito para que saliera de allí y me escondiera y ordeno a sus amigos coger las pocas armas de las que disponíamos para defendernos, yo me negué a abandonarlos pero mi madre y mi padre me empujaron para que saliera de allí. Baje del carro cuando ellos llegaron, pude ver escondida detrás como mi padre levantaba las manos en acto de rendición cuando ellos llegaron, buscaban todo lo que pudiéramos tener de valor, pero cuando mi padre trato de explicarles que mas allá de libros y ciencia no iban a encontrar el bandido que llevaba la cara tapada le atravesó con la espada el pecho y recuerdo como grito: ¡ACABAD CON TODOS! mientras mi padre caía con un rio de sangre que manaba a borbotones, en ese momento todos intentaron resistirse, comenzaron a pelear y mi madre trato de apartarme de allí pero nos cerro el paso un hombre con una espada en la mano y una sonrisa sádica y perturbada, mi madre me grito que corriera mientras ella se lanzaba al bandidoagarrándole de las manos pero el tenia mas fuerza y consiguió cortarle por encima del hombro, cuando oí ese grito de dolor de mi madre di media vuelta y me lance contra el bandido por su espalda agarrándole por los brazos, pero era muchísimo mas grande que yo y fácilmente me tiro contra el suelo propinándome un golpe contra un pedrusco en la cabeza que me dejo seca al instante, mientras un filo hilo de sangre brotaba de entre la piedra y mi cabeza. 

En unos segundos todo se volvió oscuro y ya se acabaron los recuerdos, solo la fría oscuridad me abrazaba y el sonido de mi propia consciencia era lo que me hacia saber que no había muerto, pero un hueco en blanco quedo en mi memoria, lo siguiente fue encontrarme en aquella habitación con Sia.. 

-Mi familia...-Comencé a decir una frase que no tuve fuerzas para terminar, solo vi como la joven asentía penumbrosa. 

Contuve mis lagrimas y me salí de la cama -Aun no deberías moverte-Pero hice caso omiso y salí por la puerta a otra habitación que por la pinta era el comedor, salí de allí y el sol volvió a incapacitarme unos segundos hasta que ya pude mas o menos acostumbrarme a la potente luz, me encontraba en el bosque así que la casa debía de ser de Sia que salió tras de mi -¿Podrías llevarme a donde me encontraste? Ella me miro y asintió indicándome para que la siguiera. Estuvimos andando un rato y como no conocía nada del bosque me daba la sensación de estar dando vueltas sin llegar a ningún sitio, esa sensación acabo cuando cruzamos el claro y llegamos al camino donde nos asaltaron. 

Aquello era un mar de humo y sangre, aun había pequeñas nubes de polvo... Los animales, las personas, los carros rotos y volcados, las manchas de sangre...adornaban un escenario dantesco, besado por la muerte. Camine despacio aun en shock por lo que fue un día mi vida y mi hogar, acariciando los trozos de madera rotos, me fui hacia donde estaba el carro de mis padres y cuando di la vuelta vi la pila de cuerpos tapados con sabanas algunas de la caravana -Yo los tape cuando te encontré...-La mire con una mezcla de agradecimiento e ira contenida, me arrodille a dos cuerpos que sabia que pertenecían a mis padres. 

-¿Porque nos asaltaron a nosotros...?-Era lo único que decía mientras contemplaba los cuerpos inertes sin parpadear  
-No creo que fuera accidental...-Dijo Sia, me gire a ella con las lagrimas a punto de desbordarme 
-¿Cómo? ¿Es que tu lo viste?-Mi respiración se hacia cada vez mas fuerte 
-Si... estaba en el bosque cuando escuche el alboroto y lo vi entre la espesura de los matorrales.-Estaba a punto de estallar cuando ella continuo.-Los bandidos esperan escondidos para robar, lo que a vosotros os ataco fueron mercenarios con ordenes de parecer un asalto. 
-¿Y tu como puedes estar tan segura?-Entonces saco un emblema de plata de su bolsillo 
-Estaba en el suelo cuando te encontré, se le caería al bandido que te ataco a ti y a tu madre... 
Observe la pieza plateada, era circular, plana y muy pulida y tenia dos serpientes entrelazadas alrededor de una copa, en sus ojos dos pequeñas gemas rojas, apreté la pieza con tanta fuerza que me corte la mano pero me dio igual.  
-Este emblema es de un noble de la ciudad a donde íbamos, lo vi en uno de los libros de mi padre. 

-¿Qué clase de noble? 
  
-Solo se que el apellido es 'Alteen' y que sus riquezas provienen de la fabricación de armas para el rey 

-No puede ser...-Lo dijo  en un tono donde el miedo era su principal ingrediente 

-¿Qué sabes de ellos? 

-Conozco ese apellido de mis días en la ciudad... el señor que lleva esa casa tiene fama de sádico, de loco... cada día compra una decena de nuevos esclavos porque mueren de agotamiento en trabajos forzados, los que considera atractivos y atractivas se los lleva para tenerlos de esclavos sexuales en sus delirios de demente. 

Cerré los ojos en silencio... ¿Por qué un lunático poderoso que se divierte para saciar sus vicios pagaría a mercenarios para asaltar una caravana de libros... No podía pensar mas y entonces la cabeza volvió a sacudirme haciéndome caer al suelo de rodillas -Joder arráncame la puta cabeza ¡YA! - Ya no pude contener mas las lagrimas y me quede allí de rodillas en el escarpado camino frente a los cadáveres de mis padres con un culpable fijado. Sia se arrodillo junto a mi dándome un abrazo donde pude oler su fragancia, dulce, adictiva... que calmaba el monstruo que había nacido en mi. 

-Ayúdame por favor.-Le dije mirándola a los ojos 

-¿Qué necesitas?- Me dijo ella sin preguntarme nada mas 

-Ayúdame a coger todos los libros y objetos en buen estado que encuentres mientras yo...-Cogí un soplo de nuevo aire para continuar-Mientras entierro sus cuerpos... 

             Las horas pasaron despacio después, yo estuve sin decir una palabra mientras cavaba las tumbas de todos con una pala que encontré en el carro de Mill, un buen hombre era como mi segundo padre, el me enseño a defenderme, era un soldado retirado que perdió una mano en combate y lo retiraron del servicio... mi padre lo encontró un día borracho tirado en el camino y le dio una oportunidad, desde aquel entonces fue alguien diferente y me adoraba, de pequeña me encantaba subirme a su tripa y jugar con su barba rizada, conforme fui creciendo el fue enseñándome a defenderme de quienes quisieran pasarse conmigo y siempre me acababa desarmando y dándome un empujón con el dedo en la frente mientras se reia... Pensar que ya no escucharía mas su sonora carcajada me partía el alma... Pensar que ya no están, sentir que los he perdido... volvía a estar arropada por la misma soledad por la que quedo atrapada mi mente cuando caí inconsciente... 
Cuando termine tenia las manos y la ropa marcadísimas de tierra pero daba igual, allí me quede sentada junto a los montones de tierra que ahora cuidaría de ellos en su viaje a la otra vida... 
Volví hacia Sia que había cogido el viejo carromato donde antes llevábamos la leña para colocar todos los objetos que aun conservaban buen estado, era un carro viejo un trozo de madera con dos ruedas, pero al menos no estaba destruido. La ayude a colocar cosas en el carro, sobre todo libros, algunas cosas de alquimia, y objetos varios... En el carro de mis padres vi el libro que me estaba leyendo... "Criaturas del día y la noche" me parecía tan estúpido ahora ese libro que no pude evitar tirarlo contra el suelo... respire hondo y seguí sacando cosas, saque una pequeña caja de madera y bisagras cobrizas que estaba cerrada, la puse en el carro con lo que pudimos y volvimos a su casa, ya estaba oscureciendo... 

Me encontraba otra vez en aquella habitación, ante el fuego que nuevamente habíamos encendido, pero esta vez apoyada en una pared sin vendaje, mirando perdida a las llamas, cuando Sia entro con un par de cazos de sopa y los dejo en la pequeña mesa de madera de la habitación. 
-Te he traído algo de comer.-Dijo sonriendo tímidamente 

-No tengo hambre... y tire bruscamente un guijarro contra el fuego que salió atravesándolo,  ¡Maldita sea mi cabeza! 

-Deja que te eche un vistazo-Añadió mientras se arrodillaba frente mío. 

Me había dejado unas ropas para cambiarme una camisa de lino blanca con cuello de pico y unos pantalones negros algo simple pero al menos estaba limpia, ella también se había cambiado y como estaba en su casa llevaba una falda abierta de un lateral y un top que dejaba todo su vientre al aire... era tan preciosa, me sentía como un niño frente a un caramelo aguantándose las ganas de morderlo.  
-Se te a abierto un poco la herida tienes que tener cuidado -Me miro de nuevo a los ojos.. estaba tan cerca... podía notar de nuevo esa fragancia dulce y adictiva, tenia la sensación de estar bajo su dominio me resultaba imposible apartar la vista de aquellos ojillos tan dulces.-¿En qué piensas?  

-No lo se.. cuando te miro.. me quedo totalmente en blanco-Sin darme cuenta me había acercado tanto a ella que notaba su respiración acelerada, pero ella no había retrocedido. 

Volvió a cruzarme la mirada y mi cuerpo opero al margen de mi cabeza y la bese, cuando me di cuenta de lo que hacia me aparte. 
-Perdona, no se que estoy haciendo-Ella me miraba fijamente -Es que siento que puedes ver a través de mi cuando me miras... como si me conocieras de antes y un deseo nace en mi cuando eso pasa y me resulta casi imposible no acercarme a ti... Es una estupidez perdona.-Me corto lo que iba a decir con otro beso, primero fue suave y despacio... dios sus labios eran ascender al cielo, tan suaves.. Pero poco a poco el deseo fue creciendo y la intensidad también, nos levantamos y me quito la camisa mientras no paraba de besarme, termino de provocarme cuando me mordió el labio de la boca de manera sensual, mirándome con una sonrisa picara, entonces no pude parar ya no era dueña de mis actos, comencé a besarla por el cuello... por la oreja y finalmente acabamos cayendo en la cama donde eso se convirtió en una danza de pasión desenfrenada... 
             Comencé a besarla desde el cuello bajando por sus pechos, oyendo como se le iba a salir el corazón del desenfreno, baje con mi boca por su vientre y entonces comencé a besarla entre las piernas, lamiendo la humedad que no podía controlar, alce la vista y vi una expresión de vergüenza mientras gemía.. dios era tan preciosa, seguía sin saber que hacia, me movía por puro instinto y le metí dos dedos despacio, ella se encogió pero se dejo llevar hasta que exploto en un grito, entonces ella me dio la vuelta y se puso encima mía, haciendo lo mismo... No recuerdo el tiempo que estuvimos haciéndolo, porque dejo de tener importancia, simplemente continuamos, pero fue maravilloso el rato que estuve así, sin pensar en nada solo dejándome llevar, en blanco... 

El mundo parecía cobrar algo mas de sentido, estábamos las dos tumbadas ella se abrazaba a mi y me acariciaba con la mano, yo la agarraba contra mi y le acariciaba ese pelo que me encantaba, era tan fino y delicado. 

-¿Que va a pasar ahora? -Dijo ella sin dejar de acariciarme 

-Que voy a prepararme bien para lo que viene. 

-¿Qué es lo que viene? -Pregunto incrédula